Catarsis II

La continuación de mi catarsis. Me encontré con mi madre mientras compraba en una farmacia. Mas betuca, mas enana, lentes mas gruesos, caminando más despacio. Pareciera que le cayeron un montón de años de repente. Ya no es aquella mujer imponente. Me acerqué. Me vió. Lloró. Me abrazó. Me dijó que reza por mi todos los días. Le mentí. Le dijé que yo también aunque soy de las personas que poco reza. Mi mamá seguía llorando. Me daba la bendición una y otra vez. Yo parado sin saber que hacer. Teníia un nudo en la garganda, quería encontrar lagrimas, pero era incapaz de producirlas. Me comentó cómo no ha podido superar la muerte de mi tío Juan. De cómo la vida la ha golpeado tanto (me hubiera gustado saber de que golpes se refería). Solo atiné darle un abrazo y le dije que ya nada se puede hacer. Mi tío Juan nos dejó, y hay que seguir adelante. Por un momento sentí un impulso de contarle acerca de mi vida. Mis éxitos (que son pocos), mis fracasos ( que son mucho más) pero me quedé callado. Al final me despedí y seguí mi camino. Le dí mi número de celular y le dijé que me llamé si necesita algo. Yo no le pedí el número de ella. Creo que mis heridas siguen allí y tal vez nunca las podre superar.